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Dichosos ustedes los pobres, el reino de Dios les pertenece (Lc 6,20)

Cecilia Zafferri MX
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17 Octubre 2020

Desde el 1993 el 17 de octubre de cada año se celebra el Día internacional para la erradicación de la pobreza. La Asamblea General de las naciones Unidas marcó este día con el objetivo de sensibilizar y poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.

La pobreza no es solo una cuestión económica, debemos dejar de considerarla exclusivamente como una falta de ingresos y de bienes materiales, se trata de un fenómeno más complejo que comprende la falta de las condiciones básicas para vivir con dignidad.

En la Biblia los pobres (‘anawìm) son los enfermos, los pecadores, los excluidos, las mujeres y los niños; estos eran considerados un residuo de la sociedad, por la ley no tenían ningún derecho, por lo tanto, no eran parte de la comunidad. Si esto lo relacionamos en el día de hoy nos damos cuenta de las varias formas de pobrezas que habitan nuestra sociedad; es pobre el que no tiene a nadie, está solo y abandonado a sí mismo, el que no es amado y no sabe amar; es pobre quien en las dificultades se refugia en malos caminos, pobres son quienes anhelan las varias formas de poder haciendo de ellas el centro de sus vidas, convirtiéndose en “esclavos y víctimas” del mismo. Pobre es quien no tiene inteligencia para desarrollar ideas propias y luchar por ellas, quien no tiene ideales ni esperanza, quien es dependiente de los demás o se siente autosuficiente, pobre es el rico de bienes que se ahoga en la soledad y en la falta de amor verdadero.

Jesús trajo una revolución; se compadecía de ellos, se les acercaba, los tocaba, comía y tenía relación con ellos, eran sus predilectos. Nosotros, que nos profesamos cristianos, ¿somos capaces de reconocer estas nuevas formas de pobreza? ¿Qué actitud tenemos? Como bautizados tenemos en nosotros la vida de Dios, estamos llamados a vivir el mandamiento de Jesús: «Ámense los unos a los otros como yo los he amado…en eso conocerán todos que son mis discípulos» (Jn 13,34-35). Jesús hoy nos invita a salir de nuestros esquemas mentales, compadecernos de las pobrezas de estos hermanos nuestros, reconocer en ellos a Jesús, ir al encuentro de ellos sin que pierdan su dignidad, hacernos amigos suyos y compañeros de viaje.

En Santa Cruz desde años las hermanas Xaverianas llevan adelante un taller de bordado. Nació para la promoción de la mujer que, en el mundo indígena, es sumisa y considerada menos que los varones. En el taller unas señoras confeccionan unos productos y otras, desde sus casas, los enriquecen con el precioso y típico bordado huasteco; luego los productos se llevan a las ciudades para la venda. De esta forma se da a las señoras  la posibilidad de rescatarse en su dignidad de mujeres y, en una condición de pobreza, llevar adelante a la familia.

Hoy el Señor nos pide ser creativos en el amor; que Él nos done el poder experimentar su amor para poderlo compartir gratuitamente con nuestros hermanos. Así podremos comenzar a construir el Reino de Dios, podremos comenzar a erradicar la pobreza.