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Misión en la periferia

Judith Rosales
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04 Agosto 2018

Hace seis años las primeras tres Misioneras de María Xaverianas, llegaron a Douala. «Capital económica» de Camerún. Una grande ciudad con una grandísima periferia.

En efecto la ciudad urbanamente hablando se limita al embarcadero, el aeropuerto y a unas cuantas colonias que forman el centro de la ciudad, el resto de colonias que forman esta grande ciudad se pueden considerar “periferia”. Está rodeada de grandes ríos, uno de ellos, inmenso de verdad el “Wuri”. La ciudad se extiende a ambas orillas del río. En Duala la lluvia es casi constante, a excepción del periodo de lluvias fuertes que se presenta entre el mes de julio y septiembre.

La mayor parte de la población es gente que ha emigrado de diferentes entidades de Camerún, los últimos dos años la emigración ha aumentado de forma considerable, sobre todo después de los conflictos que se han dado en el norte del país a causa del movimiento “Boko haram”,  grupo armado extremista en la frontiera con el país de la Nigeria y al oeste en  los últimos tiempos con un conflicto llamado “anglophon”, nombre adquirido a motivo de un gran sector de la población que busca  independizarse, ellos tienen como idioma el inglés. Desgraciadamente estos conflictos han hecho aumentar la emigracion de la poblacion hacia las grandes ciudades entre ellas Douala.

Nustra parroquia se encuentra en una de las periferias. La colonia se llama “Ngodi Bakoko” formada en un grande porcentaje de gente emigrada; Los nativos son poco numerosos, no existe un idioma local como en las otras regiones, ya que cada familia, dependiendo de la región de origen, hablan su propio idioma al interno de ella, la mayoría habla el francés y un número considerable el idioma inglés.

En el año 2014 el párroco fue instalado y fue nombrada como parroquia de San Judas Tadeo y confiada a los Misioneros Xaverianos.

Comienza así la aventura de la formación de la comunidad cristiana y también la aventura de la construcción de inmuebles, salones de catequesis, la casa habitación para el párroco y en el mismo terreno parroquial también fue construida nuestra casa, llegamos a vivir ahí en mayo 2015, anteriormente habitábamos en una casa que rentabamos en otra colonia.

Para la formación y catequesis urgia unos salones, para ello una señora de nombre Ana, originaria de Italia, escucho el llamado de “ayuda”, generosamente llego a nuestro socorro y gracias a ella los salones para la catequesis fueron construidos, se hicieron ocho salas, las que son utilizadas de lunes a domingo, ya sea para la catequesis, la formación en general, diferentes encuentros, y por fin consultación medica con campañas de salud etc.

Asi cada grano de arena pequeño o grande que sea, es siempre Providencia, es una grande ayuda que poco a poco contruye no solo la estructura del edificio sino construye la comunidad cristiana, dandole fuerza, vigor, dignidad, unidad y crece con un sentido fuerte de solidaridad.

En uno de sus mensajes, el papa Francisco dice: “En la vida hay que caminar como Jesùs camino, dejando huellas, huellas que crean historia” Es tambien nuestro mensaje y deseo, unido a un “gracias” por compartir con nosotras esta misión que es nuestra y de cada uno de ustedes.

Judith Rosales